domingo, 2 de noviembre de 2008

Para reflexionar

El valor de lo que hacemos
El maestro Pablo Picasso estaba en París, sentado en un café al aire libre, dibujando un boceto. Un admirador que lo reconoció se le acercó emocionado, y le pidió por favor que le hiciera un retrato. Picasso aceptó y rápidamente, con su clásico estilo, trazó el rostro del hombre. - ¿Cuánto es?, preguntó al artista. - Diez mil francos. - ¡Cómo diez mil francos, si sólo tardó dos minutos! - No, usted está equivocado –afirmó Picasso-. Tardé toda la vida. __________________________________________________________

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